02.35:39- Tomo el séptimo café. Parece que hace calor, no lo sé. Oigo a los chicos de la esquina reir, reir, reir. El techo de casa siempre fue verde cemento, sin revoque fino, sin pintar, lleno de restos de telarañas y otros productos de los bichos. Miro al techo.
- Tendrías que arreglarlo, le da otro aspecto, mas luminosidad.
Vino, volvió, en este techo mugriento apareció de nuevo y se fue… porque debo seguir entre libros y apuntes hasta terminar y cobrar.
- Usa ese potencial, no lo tires al piso por ser vaga.
¿Qué sabe él? ¿Qué entiende? Acaso no escuchó que solo necesito estar a su lado. Voy por más café.
02:27:05- No estas en el materialismo dialéctico, la escuelita de Tolstoi ni los lamentos de Tracy Chapman, tampoco en el fondo de la taza ni en el puto celular. Creo que estas en Ezeiza, quizás me equivoque. No estas en el viernes de joda ni en el vestido de escocés rojo. Estas una mañana de febrero acompañándome hasta alguna esquina. Creo que también en una mañana en mi cama confundiéndote con otro que nunca estuvo conmigo. No estas en lo que queda del mes ni el que vendrá. Puede que estés alguna noche cuando esté mas flaca, mejor vestida, mas dolida y mejor olvidada. Ya no estaras en la intro de mi canción preferida ni el pent house que diseñe, porque par cuando estés yo podré contarte que hoce para que no estés ni estar.
Aunque si lo pienso bien, si estas! (aunque solo yo sepa eso)